¿Qué me puede ayudar a promover mi bienestar durante el distanciamiento social?
Por Emilia Sánchez Salama, Psicóloga y psicoterapeuta.
En esta época de confinamiento o de distanciamiento social, es importante reconocer que no hay una receta sobre cual es la manera adecuada de atravesar la experiencia en cuestión de rutinas, ejercicio, trabajo o educación en casa, estados de ánimo, etc.
Normalmente la respuesta es diferente para cada uno de nosotros, ya que lo que a alguien podría resultarle sumamente eficaz, a alguien más podría no serle igual de útil. Creo firmemente que un recurso que resulta benéfico para encontrar que es lo que a cada uno podría servirnos es el darnos un momento de silencio para reflexionar de qué manera queremos vivir durante esta etapa y después de ella.
Por lo tanto, te compartiré algunas herramientas que creo pueden funcionar, pero es importante que te des un tiempo de revisar a conciencia cuales de ellas podrían ser de apoyo, cuáles no y que otros recursos podrían estar a tu alcance para promover tu bienestar.
Recuerda, son solo guías y propuestas, tu sabiduría interior es mayor que cualquiera de ellas, y solamente tú puedes saber que es mejor para ti si te das oportunidad de escucharte.
Regálate 10 minutos al día, como mínimo, para tomar 5 respiraciones profundas. Puedes sentarte, inhalar profundamente, sostener el aire lo más que puedas y exhalar. Considera probar una meditación corta y guiada si no tienes práctica en meditar y te interesa hacerlo. Posteriormente da gracias por algo que desees. Cuando una persona escribe o expresa en voz alta que está agradecido, el cerebro reporta mejoras en ciertas funciones del organismo relacionadas con comer, beber y dormir. El estrés baja y el metabolismo se activa.
Todos los seres humanos tenemos la capacidad de observarnos a nosotros mismos y diariamente tenemos ocurriendo dentro de nuestra mente diálogos. Estos diálogos a veces suelen estar acompañados de distorsiones que hacen que saquemos de proporción lo que estamos viviendo. Si te sientes sumamente abatido, ansioso, enojado o deprimido, revisa que te estás diciendo a ti mismo de la situación. El filósofo griego Epicteto decía: no son los eventos los que perturban al hombre, si no las interpretaciones que hace sobre esos sucesos. Atrévete a cuestionar lo que piensas, no todo lo que te dices en ese diálogo interno es verdad. Encuentra una manera objetiva de replantear lo que te estás diciendo sobre lo que sucede a tu alrededor. Es importante que esa alternativa sea realista. Por ejemplo, puedo cacharme diciéndome, “es terrible esto que está pasando, ya no puedo soportarlo, es lo peor”. Ese pensamiento va a elevar los niveles de angustia, frustración y cortisol significativamente. En cambio, podría sustituir ese pensamiento por “Es verdad, no me agrada estar viviendo esta situación y me incómoda; sin embargo, no está en mis manos ni en mi control esta circunstancia, lo que si está en mis manos es elegir con que actitud enfrentarla.”
Al despertarte, prueba bañarte y vestirte cómodo, evitando quedarte en pijama. No se trata de hacer la rutina de forma rígida con horario militarizado, si no de adaptar un orden flexible que ofrezca guía, ritmo y agilidad a tus días, no que agregue estrés de tener que cumplir objetivos irreales y estrictos que generen frustración.
Si trabajas en casa, puede ayudar tener un horario y poner límites para también tener espacio para tu descanso personal. Durante la jornada, date espacios para despejar tu mente, comer algún refrigerio ligero, dar un paseo pequeño y estirar tu cuerpo antes de regresar a la pantalla o a las llamadas.
Si estás apoyando a tus hijos en la educación en casa, se amable contigo mismo, recuerda que es una experiencia nueva, no se trata de ser perfectos en ello si no de hacer el mejor esfuerzo que sea posible, teniendo en cuenta que habrá errores, y que es válido, estamos aprendiendo. No te juzgues. Puede ser de gran ayuda establecer horarios ya que la rutina flexible ayuda a que el encierro sea más llevadero. ¿Qué tal sería para ti crear un espacio de estudio en el que puedan tener materiales, computadoras y lo necesario para estudiar? María Montessori decía que el orden externo favorece al orden interno. Destinar ese espacio puede facilitar la educación en casa. Recuerda, sin exigencias irreales. El perfeccionismo puede generar roces innecesarios y frustraciones entre padres e hijos.
De ser posible, sal al jardín, al patio, abre una ventana. El entrar en contacto con la naturaleza siempre ayuda al ser humano a sentirse mejor y la vitamina D que recibimos del sol ayuda a prevenir la depresión que a veces puede gestionarse en el encierro.
Trata de incluir una vez a la semana una actividad artística, como pintar, dibujar, bailar. Son actividades que pueden ayudar a gestionar e integrar de mejor manera emociones que estés experimentando durante el confinamiento, sean agradables o desagradables. Recuerda que todas son válidas mientras se expresen sin faltar al respeto a los demás, se vale expresar el enojo, alegría, dicha, nostalgia, gozo, etc.
Brindar espacios para que los miembros de un hogar expresen como se sienten de estar limitados a salir, que les hace sentir. Sin juzgar y decir no te debes sentir así, mucha gente está peor. Es importante entender que cuando expresamos lo que sentimos, suele bajar el nivel de ansiedad, y puede ayudarnos a drenar el estrés y a ver la situación desde otro lugar. Pero antes de hablarlo, solo sería reprimir las emociones, creando una olla de presión que puede reventar en cualquier momento.
Realizar 30 minutos diarios de ejercicio físico ayuda a mantener la salud cerebral, cardiaca y a mejorar la calidad de sueño. Así mismo, al liberar endorfinas, es bien sabido que ayuda a mantener un mejor estado de ánimo.
Emplea un toque de humor. La doctora psiquiatra, Marian Rojas Estapé, en su libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”, habla de que la Universidad de Standford realizó un estudio sobre cómo las emociones expansivas; es decir, sonreír, reír y emplear el humor, mejoran las habilidades sociales y los procesos de pensamiento. Se ha visto que mejora la creatividad, la capacidad de organizarnos, planear y ejecutar soluciones debido a que activa el flujo en el lóbulo prefrontal, encargado de estas funciones. Así mismo, la risa altera la química sanguínea, protegiendo al cuerpo de ciertas enfermedades e infecciones.
Te recomiendo ampliamente escribir cuales recursos te fueron de utilidad, de estos o de los que hayas probado. De manera que los tengas a la mano y puedas recordar, aún después de esta situación extraordinaria, todos los recursos que te ayudaron a tener acceso a estados de bienestar personal. Al escribir de forma manual llevamos a cabo actividades cerebrales que organizan nuestras ideas para poderlas plasmar. Se activa el lóbulo frontal para razonar y abstraer lo que se va a escribir.
La escritura manual estimula el desarrollo de redes neuronales y contribuye a la autorregulación, la autodisciplina, voluntad y también la perseverancia. Por eso, la importancia de escribir en papel lo que aprendiste de esta experiencia y cuales metas quieres trazarte a partir de estos aprendizajes. Al hacerlo, quedan grabadas de manera mucho más ordenada en ti mismo que si solamente las piensas sin orden. Y además, te acuerdas de ellas con mayor facilidad, pudiéndote redirigir a ellas.
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