Por Alejandro Juan-Marcos Barocio
Dejemos que el miedo nos motive a aceptar desafíos en lugar de impedirnos seguir adelante. Conquistar es una palabra fuerte. Describe la superación de un obstáculo o un enemigo. Siento que el miedo es un enemigo formidable, por lo que “conquistar” es la manera en la que me gusta afrontarlo.
Existe un miedo que se fabrica para mantenernos asustados, enojados y divididos. Ese miedo falso es diferente del miedo que enfrentamos en la vida que nos advierte del peligro o nos impide ser imprudentes y tomar malas decisiones. Nuestra tarea es diferenciar entre el miedo fabricado y el miedo útil al aceptar el que nos ayuda a estar seguros y disminuir el miedo que nos impide pensar con claridad.
El miedo puede ser productivo; intenta usarlo de esa manera.
El miedo cumple el valioso propósito de ayudarnos a sobrevivir al alertarnos de situaciones peligrosas (este es un miedo positivo). A veces, el miedo productivo es difícil
de reconocer; por ejemplo, hay miedo que sirve como motivación para asumir un desafío y
hay miedo que nos impide probar cosas nuevas y refuerza una sensación de fracaso.
Eso significa que debemos aceptar los desafíos, incluso cuando nos sentimos nerviosos, ansiosos o asustados. Tal como dice el dicho: “Hazlo y si te da miedo, hazlo con miedo”.
Entonces, ¿cómo hacemos que el miedo funcione en nuestro favor? El miedo está diseñado para llamar nuestra atención y reaccionemos. Esa oleada de miedo inicial es útil porque podría salvarnos la vida. Sin embargo, el miedo prolongado tiende a ser agotador, trae repercusiones a nuestra salud (exceso de cortisol) y no nos es útil. La clave está en enfrentar nuestros temores e interpretarlos de manera que nos ayuden a desarrollarnos y fortalecernos. Podemos hacer eso cuando:
Haz que el miedo sea productivo.
Estamos programados para sentir miedo como mecanismo de supervivencia (depredadores, a las alturas, etc.) Ese sentimiento puede impulsarnos a tomar medidas para protegernos, el desafío es interpretar esos sentimientos de miedo de manera que sean útiles. A la hora de tomar una decisión, utiliza el poder del miedo a tu favor para mantenerte alejado del peligro y protegerte de comportamientos imprudentes sigue tu instinto.
Maximiza el miedo productivo.
Identifica el miedo que nos desafía a dominar tareas difíciles para así ayudarnos a establecer metas. Este temor positivo puede impulsarnos a hacer cosas que pensamos que no podríamos hacer, obtener logros, y dominar esos desafíos que terminarán fortaleciendo nuestra autoestima. Cuando no empieces a auto-sabotearte al tomar tus decisiones, es porque estás saliendo de tu zona de confort, es aquí cuando debes agarrar el miedo por los cuernos y seguir adelante.
Reconoce el miedo fabricado, el tipo de miedo que está diseñado para manipularte.
El miedo es un detonador poderoso y puede usarse a propósito para desequilibrarnos emocionalmente. Este es un temor negativo que promueve la agenda (intensiones) de otra persona, no la nuestra.
Recientemente mientras estaba en cita con mi psicólogo le comenté que tenía miedo de aceptar una propuesta laboral, a lo que me contestó “¿y si no te va bien qué pasa?” Yo le respondí una serie de cosas “malas” (auto-sabotaje) como pérdida de tiempo, dinero, etc. Y él me volvió a preguntar, “¿qué te va a pasar?” Mi respuesta fue, tendría que empezar de cero y con nuevos obstáculos, y así siguió preguntándome “¿y qué pasa?” Hasta que llegamos a la conclusión que al final no pasa nada, siempre hay una manera de salir adelante, de vencer obstáculos y no dejar que el miedo se sume a nuestras inseguridades y nos paralicen (recuerda que en la mayoría de los casos, lo que tememos nunca sucede).