Fotografía por Armando Aragón.
Para nuestra edición de octubre, tuvimos el placer de platicar con Arlette Abularach sobre su pasión por el mundo wellness y en especial del yoga. ¡Checa lo que nos contó!
CH+ ¿Cómo descubriste tu pasión por el yoga y donde aprendiste esta disciplina?
AA+ Después de muchos años de disciplinas como nadar y correr maratones, descubrí un lugar cuando regresaba de hacer una distancia de 20 km. Era un estudio de yoga, donde conocí a Claudia Padilla, mi maestra del alma. Fue mi instructora por muchos años y todas las bases que tengo me las enseñó ella.
Considero que dentro del yoga no hay límites por eso lo amo; estoy agradecida con lo que tengo y lo que he aprendido. Es el regalo más perfecto que el universo me ha dado.
CH+ ¿Qué llamó tu atención del estilo que enseñas y es diferente a lo que haces en tu práctica personal?
AA+ Trato de variar las clases, unos días hata, algunos vinyasana y otros días ashtanga. En mi práctica personal me integro con alguna secuencia, la desmenuzo paso a paso y cuando siento que la domino empiezo a integrarla en mis clases. Hoy por hoy estoy aprendiendo Kundani yoga y yoga terapéutico también llamado restaurativo.
CH+ ¿Cómo ha ido evolucionando tu relación con esta técnica a lo largo de los años?
AA+ Me considero una alumna que he aprendido a lo largo de 15 años técnicas de respiración meditación, asanas, posturas, historia del yoga y eso me ha dado las herramientas para compartir mi conocimientos.
He aprendido de cada maestro, me he quedado con algún gesto, alguna palabra o experiencia vivida.
CH+ ¿Cómo te ha ayudado esta práctica en tu crecimiento personal?
AA+ Cada día, en cada práctica es un reto más logrado que me ha enseñado a sentir profundo agradecimiento y felicidad al terminar cada sesión.
Siempre he creído que la yoga me encontró a mí y llegó para quedarse porque se volvió parte de mi vida. Al principio empecé a practicar para hacer más flexible mi cuerpo, y mi sorpresa fue ver el cambio en mi mente y en mi alma.
Aprendo todos los días y me llevo de tarea después de cada práctica vivir de manera más responsable no solo con mi cuerpo sino también con mis pensamientos, saber que con el cambio que está en mi es más que suficiente.
Mi meta: disfrutar el aquí y el ahora y el presente en el que vivo.