Cuando supe que en esta edición hablarían de líderes en educación no pude evitar pensar en la importancia que tiene el que desde jóvenes nos enseñen verdaderamente a ser los líderes de nuestra vida.
Creo que muy pocos podrían decir que lo aprendieron desde chicos y no hablo solo de tener un gran ingreso o una bella familia, hablo de saber elegir, tomar tus decisiones, estar consciente de que con cada elección estás creando lo que vas a vivir y de no vivir desde el pasado, desde lo aprendido sin cuestionarlo.
Es difícil sentirte el líder de tu vida cuando la gran mayoría de las creencias no son tuyas ni han sido elegidas conscientemente, es difícil tomar el lugar en la vida que te corresponde, cuando solo aprendiste a ceder, a agradar, a ser más considerada con otro que contigo mismo. Es difícil ser líder de tu vida cuando te traicionas a ti misma y más difícil aun cuando estás tan desconectada de ti que no sabes lo que realmente deseas o necesitas.
A veces escucho lo siguiente: “es que mi hijo no me da mi lugar, es que ya me siento incómoda de llegar a mi casa porque mi ayuda me hace caras, mis colaboradores hacen lo que quieren…”, sé que parece algo no creíble pero éstas son solo muestras de cuando ya se nos olvidó o nunca aprendimos a ser líderes en nuestra vida.
La ventaja es que nuestro cuerpo sigue a la mente, el cerebro es moldeable, la información con la que vives, puede transformarse. Nuestra alma evoluciona y nuestro ser es infinito. Así que si sientes que no estás acercándote a la vida que deseas es un excelente momento parar empezar a desarrollar el líder qué hay en ti.
Te dejo unos tips que te pueden ayudar a lograrlo:
Deja de preguntar tanto (¿qué comer?, ¿qué vestir?, ¿qué hacer?) y empieza a practicar tu poder de elección y empieza a crear tu vida.
No hables mal de ti misma, deja de juzgarte. Hacerlo es cruel.
Conoce tus cualidades y talentos, así como tus áreas de oportunidad.
Aprende algo nuevo integra más posibilidades a tu vida.
Pide ayuda si lo requieres, se siente lindo ser guiado.
Construye comunidad con quien compartir y si es el caso aprende a confiar y a delegar.
Haz más de lo que te hace feliz.
El liderazgo también está en poder empatizar y conectar. Empieza por ti y extiéndelo a tus relaciones. Hacer lo que te da alegría, lo que te nutre y expande significa ser cada vez más responsable de crear una vida que te haga ¡feliz!
¿Lista para ser la líder de tu vida? ¡Me encantará que me cuentes!