¿Es posible nutrirnos bien con nuestras tradiciones laguneras?
Por Q. María G. Domenzain
La respuesta a esta pregunta, en mi opinión es SI. Pero creo que conviene analizar un poco la mejor manera de hacerlo.
Considero que en general, existe una gran conciencia sobre mantener un estilo de vida saludable incluyendo la alimentación y el ejercicio; bastaría observar cuánta gente se encuentra realizándolo al aire libre o en los gimnasios llenos.
Sin embargo, también se encuentran muy arraigadas algunas costumbres que podrían parecer no tan saludables, como por ejemplo, comer gorditas, asado con chile colorado, menudo, tamales, la reliquia, la capirotada, etc.
Empezaremos por las deliciosas gorditas, que, si bien no son para nada un veneno, si son una de las causas del sobrepeso para muchas personas. El problema de abusar de las gorditas es su falta de balance, ya que son altas en carbohidratos y la cantidad de proteína que les cabe es muy pequeña, y en ocasiones se piden de más carbohidratos aún.
La manera más saludable de comer gorditas es elegirlas de maíz, que no estén fritas y siempre con algún guisado de proteína, o de huevo o de queso. Cuando las compren para comerlas en la casa, les recomiendo completarlas con alguna otra proteína de buena calidad.
El asado de cerdo tan tradicional en nuestra cocina tiene muy buena calidad nutricional, ya que la pierna (muy limpia) en sí, es de muy alto valor biológico. El chile mirasol es alto en antioxidantes, así como el resto de los ingredientes en su preparación.
Aquí lo único que debe cuidarse es la cantidad de grasa que se utiliza para cocinarlo; de cualquier manera, siempre es mejor elegir a la manteca de cerdo que al aceite vegetal. Así mismo es importante no abusar de las tortillas para acompañar al asado.
El menudo es para algunas personas muy común en el almuerzo del fin de semana; en este caso no deben olvidar que es una víscera, y por tanto, muy alta en grasa. De hecho, como cualquier otra, contiene altas cantidades de ácido araquidónico, el cual es un ácido graso pro-inflamatorio, por lo cual recomiendo consumir el menudo con mucha moderación.
Los tamales no son exclusivos de nuestra región, pero si son muy populares especialmente en las posadas, época navideña y desgraciadamente si son un poco o bastante ofensivos, ya que son muy altos en carbohidratos y grasas, muy bajos en proteínas.
En este caso recomiendo también consumirlos con moderación y elegir aquellos que se hayan preparado con manteca de cerdo, en lugar de aceite vegetal. Cuando los consuman en casa, siempre les recomiendo mejorarlos añadiendo algo más de proteína y salsa para que no queden secos.
La reliquia puede ser también un poco difícil de balancear ya que se trata de preparar muchas sopas de pasta (en la tradición original son 7), acompañadas del asado de puerco, que, en este caso, es lo que mejora la calidad nutricional, pero no es suficiente. Lo bueno es que es solo una vez al año.
¡A la capirotada ya no tenemos como ayudarle… me gusta bromear diciendo que antes de que te la comas ya se te subieron las hormigas! Es muy alta en azúcar.
Entonces, solo se trata de balancear lo mejor que podamos y cuando no sean tan favorables, comerlos con mucha moderación. ¿No es tan difícil, no creen?