Como cada año el mes de octubre es muy especial porque
recordamos y aplaudimos a todas aquellas mujeres guerreras que han pasado por
una gran lucha para poder vencer el cáncer de mama. Es muy importante
concientizarnos de lo fundamental que es ir a los chequeos semestrales o
anuales ya que una detección temprana puede salvar vidas.
El cáncer es uno de los diagnósticos más estudiados en el
mundo, desde su origen hasta su cura, sin embargo, en el tema de la prevención
es donde cada uno de nosotros podemos hacer conciencia de cómo podemos
cuidarnos.
Hoy en día se sabe que la alimentación tiene un papel
sumamente importante en nuestra salud, al igual que lo tienen otros factores
como el tabaco, el alcohol, la actividad física y el estrés, siendo todas importantes.
La relación que tiene la alimentación en la prevención de distintos tipos de
cáncer es muy significativa, ya que se asocia en un 30%. Algunas recomendaciones preventivas nutricionales
son:
Las protagonista del plato deben ser las verduras y las frutas; agrégalas siempre que tengas oportunidad, deben estar presentes al menos en las tres comidas principales.
Las grasas trans y saturadas no son para el diario; los productos fritos o empanizados al igual que la gran mayoría de los productos industrializados como barritas, botanas, galletas, panes, productos pre cocidos, etc contienen este tipo de grasas las cuales hay que comerlas con mucha moderación.
Come natural: que todos tus platillos estén compuestos de alimentos que la tierra nos regala como verduras, frutas, lentejas, frijoles, garbanzos, avena, etc, recuerda que por algo existen.
Las carnes asadas son de repente; en el norte es muy común preparar alimentos al carbón o ahumadas, pero no es un método muy conveniente para el uso continuo.
Endulza de manera natural; usa endulzantes como la stevia, la miel de abeja o el dátil, por supuesto todos con medida.
Evita los embutidos: las salchichas, jamones, pates, etc.
Vitamina D y E; incluye diariamente fuentes naturales de estas vitaminas, las puedes encontrar en los cereales integrales como el maíz o la quinoa, verduras de hojas verdes (de preferencia crudas), la yema de huevo, salmón o atún.
Selenio y zinc; Puedes encontrarlos en alimentos como las semillas de calabaza, nuez de la india, sardinas, nuez de brasil, atún, champiñones.
No existe alimento mágico, lo que realmente contribuye a la
prevención es llevar la mayor parte del tiempo una alimentación rica en fibra,
vitaminas y minerales de la mano con el consumo moderado de alcohol y libre de
tabaco, realizando actividad física por lo menos 120 minutos a la semana y
sobre todo cuidando la parte del estrés que es un tema muy importante.