Si alguien me preguntara, ¿cuál sería el mejor regalo que podría recibir en la Navidad?, no tendría ninguna duda sobre mi mayor deseo, les voy a contar…
Desearía llegar con vida, sentir la emoción en el corazón de poder vivir una Navidad más. Me gustaría volver a ver a mi gente mas querida, abrazarlos y saber que es un tesoro poder compartir con ellos mis momentos más importantes. Quisiera poder reunirnos y disfrutar de cada una de nuestras tradiciones, desde el arbolito de Navidad, el nacimiento, el ponche, la comida típica, la pastorela, los villancicos y las piñatas. Pero, sobre todo, deseo sentirme bien para poder gozar toda la temporada a plenitud.
Quiero llegar a las fiestas llena de energía, para que no me pese ir a todas las reuniones que sea posible; quiero que mi sistema digestivo funcione a la perfección, para poder gozar de la comida y no sentirme indigesta o inflamada a la mitad de la temporada. Quiero también estar en mi peso ideal, para poder usar la ropa que me gusta, y no la que se me vea menos mal.
Quiero sentir paz en mi corazón, y difícilmente lo podría lograr si me siento incómoda con mi salud, creo que eso sería una fuerte distracción. Pero creo que como para cualquier otro evento importante en mi vida, debo prepararme si quiero llegar en tan buenas condiciones que me permitan transitar por las fiestas de la mejor manera.
Lo primero será procurar esos momentos de silencio que me conecten con el amor que soy y la paz que habita en mí… Me alimentaré de la manera más inteligente posible, eligiendo alimentos muy nutritivos como los vegetales y las frutas, la proteína baja en grasa y las grasas mono-insaturadas como almendras, aguacate, aceite de olivo, etc.
Seguiré hidratándome y haciendo ejercicio durante todas las fiestas, el cuerpo no distingue si es Navidad, y siempre lo necesita. Continuaré con mis suplementos de Omega 3 y antioxidantes, ya que considero importante mantener el nivel óptimo de Inflamación Celular durante todo el año.
Y también tomaré ciertas precauciones, ya que con más reuniones podría salirme del equilibrio si no estoy atenta. Es decir, si al lugar que vaya, la comida no es tan saludable, lo que haré es comer con moderación lo que no sea favorable. Lo bueno es que la cena de Navidad suele ser de muy buena calidad, solo estará en mi el poder mantener el balance apropiado.
Por ejemplo, el pavo, el bacalao o el lomo son proteínas de muy buena calidad, si las combinamos con alguna ensalada y una copa de vino, terminaría de ser perfecto. Y hasta me quedaría bien comer alguna galleta navideña de postre para completar el balance, suena muy rico, ¿No creen?