Slow Food: la filosofía que mejora tus hábitos alimenticios
Más que una filosofía, un estilo de vida que pone mucho peso en la calidad, origen y preparación de tus comidas. ¡Te decimos cómo incorporarlo a tu vida diaria!
Vivimos en un mundo tan apresurado, que incluso la comida, uno de los espacios más importantes para nuestro bienestar, se convierte en una rutina automática y apresurada que evita que disfrutemos realmente el proceso.
El slow food, es un movimiento que te invita a comer de manera consciente, contrarrestando la fast food. No sólo implementa mejores hábitos en tu dieta, si no que, enfoca proyectos de consciencia social y ecológica en los procesos alimenticios.
Existen 3 bases que te permiten unir tu rutina diaria con esta filosofía.
Bueno
Alimentación de calidad, enfocando su procedencia e implicando el aumento de consumo en alimentos ecológicos, orgánicos y naturales, evitando ingredientes procesados.
Limpio
Producción y consumo de productos que no dañan el medio ambiente, el bienestar animal o la salud humana.
Justo
Alimentos que apoyen y precedan de retribuciones y pago justo para los productores, pero también, que mantengan un precio accesible para los consumidores.
¿Cómo practicar el slow food?
Primero que nada, asegurarte que tus alimentos cumplan con las 3 bases mencionadas. También te compartimos estos tips para integrar la rutina de mejor manera.
Compra ingredientes sencillos
Evita productos procesados o artificiales, toma el tiempo para preparar tú mismo los alimentos y sobre todo, cómelos de una manera consiente: disfruta cada bocado y reconoce el momento en el que estés satisfecho para no comer de más.
Consume local
¡Apoya la industria de productores en tu país! Una manera sencilla e inteligente es buscando alimentos de temporada, de esta manera obtendrás frescura y sabor mientras apoyas la economía local.
¡Intenta cultivar tus propios alimentos!
Aunque no es tarea fácil y requiere de tiempo, es una alternativa sostenible que además recorta tus gastos.
Empieza de poco a poco, planta un árbol de naranjas, crece tus propias hierbas (puedes separar una ramita de menta y sumergirla en agua dando vida a más raíces).
Infórmate sobre los productos que consumes
¡Sepárate de las marcas negativas! Muchos de nuestros favoritos tienen listas enormes de ingredientes que no son saludables para una dieta diaria, algunas marcas no son responsables ecológicamente con sus empaques o ingredientes o incluso mantienen un historial de injusticias con sus productores y/o empleados.
¡Disfruta tus alimentos!
Date el tiempo y espacio, olvida comer en apuros y en automático, o dejar la actividad como segundo plano siendo que, muchas veces realizamos otras actividades al mismo tiempo.
La concientización permitirá que lleves un control sobre lo que consumes, haciendo un equilibrio en el planeta y en tu dieta personal.
Conoce más sobre el movimiento en su página oficial: Slow Food MX