Estamos a una semana de alcanzar el clímax de las festividades y a estas alturas la mayoría estamos alistándonos para el gran día. Los ingredientes de la cena, las medidas sanitarias que se tomarán, programando videollamadas con el resto de la familia y sobre todo… ¡preparando los regalos! Y vaya que esto de los regalos conlleva una planeación, sobre todo si son para alguien más.
Y es que, ¿qué tan común es observarnos a nosotros mismos haciendo una amplia investigación de lo que puede necesitar o querer aquel ser querido tan especial? ¡Mucho! Puede que tengas una habilidad para escuchar entre líneas y darte cuenta de aquello que podría estar esperando bajo el árbol, quizá lo conocer tan bien que no dudarás dos veces en lo que podría regalarle, o puede que te sea más fácil que te compartan una lista de deseos.
Pero ¿qué hay cuando se trata de uno mismo? ¿Qué tan común es ponernos a indagar para darnos un regalo a nosotros mismos?
Más allá de lo material, quizá haya algunas necesidades emocionales que estén llamando a tu puerta. Puede que sientas que podrías necesitar más tiempo de calidad con algún ser querido o contigo misma, compartir con un amigo una emoción que te ha estado dando vueltas, practicar una rutina de auto cuidado o simplemente consentirte cenando tu comida favorita…sin embargo, no has podido encontrar el momento o la forma adecuada para atenderte.
Una buena noticia es que se acercan las vacaciones para algunos, así como días feriados, lo cual parece apropiado para aprovechar un momento para re-conectar con nuestro interior y revisar que necesitamos para sentirnos bien, completos y motivados.
Piensa, ¿Qué me hace falta escuchar, sentir, experimentar o probar?
Si tienes la respuesta, date la oportunidad de escribir esta wishlist emocional que te ayudará a atender a tu mente, corazón y cuerpo. De sentirte cómoda y encontrarlo necesario, puedes compartirlo con una persona que te apoye en el proceso; recuerda que no siempre tenemos que hacer todo por nuestra cuenta.