La primera vez que escuché esto me quedé en shock. Me dolía, pero era muy cierto. En gran parte de las ocasiones peleamos desde nuestras heridas no resueltas, tenemos huecos imposibles de llenar por aquellos que amamos o que nos aman.
En gran medida es nuestro pasado (que está
principalmente en el inconsciente) el que vuelve
a presentarse una y otra vez.
La realidad es que la pareja es un gran espejo, y no necesariamente por que nos muestre aspectos que sean idénticos a lo que somos, pero si nos mostrara quizá algún aspecto que habita en nuestro interior.
Desde las más grandes bendiciones y los más
dulces regalos, como lo que quizá ni siquiera
haya sido descubierto.
Empecemos por aceptar que para tener una pareja debes coincidir en resonancia, es decir los patrones de uno deben hacer “click” con los patrones del otro. Jamás será solo una coincidencia y mucho menos un accidente.
No importa si no tienes idea de por qué sientes atracción a esa persona o por qué la estás eligiendo. En Constelaciones Familiares se dice mucho: “La pareja la elige el sistema” Así que hay muchas uniones que no se explican o que quizá parecieran no tener ningún sentido, pero cuando se revisa el árbol genealógico, los ancestros y sus maneras de relacionarse todo tienen un significado diferente.
Algo que considero importante saber es que no llegamos solos a la pareja como lo imaginamos. Llegamos con nuestras creencias, heridas, con nuestro pasado perdonado y no perdonado, con todo lo que hemos vivido y claro a veces con la esperanza de hacerlo de manera distinta. Entonces…
¿Por qué es tan difícil hacerlo diferente si es algo que realmente deseabas? Mucho de eso está en el interior quizá no aprendiste lo que es recibir algún tipo de amor, atención, reconocimiento o contención y eso es lo que se muestra en tu relación. Quizá solo estas repitiendo la historia de tus padres o abuelos, quizá solo recreas lo que viviste de pequeña.
No vayas con tantos huecos, pero tampoco con tanta carga, viaja ligero. Lo que te haga sentir el “otro” recuerda que primero estaba en ti, revisa de donde viene. ¿Dónde o cuándo lo viviste por primera vez? Asegúrate de estar en una relación que te lleve al buen amor y no al “mal amor”. Sí esa clase de amor que justificamos pero que destruye, incomoda, deshace, duele, irrita o te hace renunciar a quién eres y a tus valores.
No importa cuánto ames a alguien si eso te costara el dejar de amarte a ti misma.
Trabaja en tu niñez, no importa si no la recuerdas. ¡Hay tantos tesoros! Desde heridas que elegirás sanar y te fortalecerás, como recursos que encontrarás sin esperarlo.
¡Y resuelve lo que sea que te esté llevando a elegir lo que no te hace bien y ahora sí desde este lugar de amor adulto te deseo que tengas un maravilloso mes de febrero lleno de amor hacia ti misma! Que te sea posible enamorarte de la vida y compartirlo con alguien más.